Tengo un montón de cosas que contar, que se han ido acumulando poco a poco. Pero en vez de empezar por el principio, voy a empezar por el final. Voy a contaros como fue la despedida de Katie el Martes 14 de Agosto.
La noche anterior nos habíamos quedamos despiertos bastante tiempo, lo típico: haciendo la maleta, recogiendo todos los cacharros esparcidos por toda la casa... Debí de dormir unas 4 horas en total. Katie tenía el vuelo para las 12:30 (Madrid - Londres, Londres - New York, New York - San Francisco) y no tenía más que hora y media en cada una de sus conexiones, así que no podíamos perder el vuelo bajo ningún concepto.
Total, que salimos de casa a las 10:00. Cargamos el coche, y nos ponemos "en camino". Y digo "en camino" porque tres minutos después de salir por la puerta del garaje estábamos parados en la Carretera de Colmenar, con una cola de coches de las de aquellas. Llamé a mi padre y me dijo que donde estaba él (a unos 4 kilómetros) el tráfico era fluido, pero nosotros llevábamos ya 25 minutos con el motor parado. Se empezaba a acabar el tiempo y empezaba a crecer el estress en el coche. No paraban de pasar ambulancias y policías por los arcenes, pero nadie más se movía de ahí.
De repente, empezamos amovernos muy despacio. Miro hacia delante y veo COCHES EN DIRECCIÓN CONTRARIA! Yo flipando. Por si todo esto fuera poco, veo como los coches que tengo por delante empiezan a desaparecer tras girar a la derecha despues de un camión. Sigo flipando. Avanzo un poco más y descubro a un policía desviando a los coches por el CARRIL BICI!
Allá íbamos todos en una fila de coches por el carril bici. Después de 5 minutos de tráfico lento, vimos la causa del accidente. Un camión cisterna de Repsol atravesado en la carretera rodeado de bomberos, policía y un montón de espuma blanca de esa que evita que arda el combustible.
Cuando salimos a la carretera eran las 11:30. Joder, joder, joder. Ya veía el cartel de CLOSED en el mostrador de facturación y pagando una millonada para que pudiera volver a casa... Esto evidentemente influyó en el velocímetro del coche, que se fue de fiesta con el grupo de las 3 cifras...
Llegamos y Katie se bajó a todo correr. Yo me fui a aparcar y cuando volví a la Terminal 4 me esperaba a Katie con una patada en la cara y maletas en mano llorando desconsoladamente. Sin embargo, me la encuentro en Atención al cliente de Iberia! ¿?¿?¿?
VUELO RETRASADO hasta las 15:30!!!!
Bien! No hemos llegado tarde!
MIERDA! Va a perder las conexiones de los otros dos vuelos! Joder, joder, joder! Pues nada, a buscar una posible combinación para llegar a New York a tiempo.
Después de un rato, vemos que la única opción es un vuelo directo Madrid - New York que llega a JFK a las 19:10. Lo malo es que el siguiente vuelo a San Francisco sale a las 20:45 y Katie tendría que pasar a recoger su maleta y por seguridad, pero es lo único que hay. Lo aceptamos agradecidos y nos vamos a casa a comer, ya que el nuevo vuelo salee a las 17:30.
Después de la parada de avituallamiento, volvemos a la carretera. Esta vez también llevamos a Pablo, que se iba a Galicia con Easyjet. Pensé que ya habría solucionado el tema del camión, pero me equivoqué. Estuvimos parados otros tantos minutazos y
Pablo llegó con 5 minutos antes de que cerrasen los mostradores de facturación...
Viva el surrealismo...
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