Barcelona y Alcossebre

Nuevo post offline! Estoy ahora mismo en Alcossebre, aprovechando que todo el mundo está tomándose una siesta o tostándose en la playa para escribir el resumen de este fantástico viaje. Voy a escribirlo ahora aunque nos quede todo el día de hoy y a pesar del calor que hace, pero es que luego veo que en casa no hay manera de hacerlo por falta de tiempo y ganas...
Vamos a ello!
El tema del coche lo pudimos solucionar gracias a que Paco nos dejó el (Super)Micra para ir a Barcelona. Salimos el Miércoles a eso de las 12 de la mañana con dos maletones llenos de ropa, ganas de ver España y dispuestos a pasárnoslo en grande.
El viaje fue un rollazo. Entre que conducir todo por autovía es aburridísimo y que Katie no estaba todavía bien ajustada al cambio horario, me lo debí de hacer casi todo en silencio... Aunque para romper la monotonía y ahorrar algo de dinero me desvié por la Nacional II (me dijeron que los peajes de Cataluña eran de infarto, llegando a pagar 19 eurazos) nada más entrar en Cataluña. Estuvo muy bien, porque al ser una nacional y no una autovía, había muchas curvas y el paisaje no se parecía en nada a la monotonía de la autopista. Lo único malo fue que el ratio coche:camión era de 1:10. Parecía que habían quedado todos los camioneros de España en esa nacional, porque nunca había visto tantos camiones en un mismo sitio!
El caso es que llegamos sanos y salvos guiados majestuosamente por el GPS (Bluetooth, Energía solar y Sirf Star III) y la PDA (M600). Lo uso bastante poco, pero cuando lo necesito responde a la perfección si tienes los últimos mapas, claro... :)
Ya estábamos en Barcelona!
Al día siguiente empezó el baile turista. Marta (Pepis) nos enseñó la ciudad como toda una profesional que es (acabó turismo hace nada... :D). Empezamos por los Jardines del Palau Robert, la Pedrera (a la que pudimos ver por dentro), la Casa Batlló, la Casa Ametller, Plaza Cataluña, Ramblas, Colón, el Maremagnum y la Estación de Francia.





Todo esto por la mañana antes de comer, con un sol de justicia. Yo creo que nos quería matar o algo así, porque acabamos Katie y yo medio muertos, con la lengua colgando de la sed y unas ganas de sentarnos increibles. Pero Marta no tuvo piedad ninguna, nos estuvo arrastrando por la ciudad como si de dos chuchos nos tratásemos... (con todo el cariño del mundo, eh? Que una vez hecho te quedas satisfecho de haberlo visto todo).
Comimos en Ginos y descansamos un poco. A mi me dio un bajón de adrenalina o algo, porque estaba que no podía con mi alma. En el postre me debí dormir mientras comía y me restregué toda la cuchara llena de chocolate por todo el pantalón y el polo (BLANCO) y con aquellas pintas inmundas seguimos con nuestro tour particular. Después del Maremagnum, fuimos en Metro a ver la Sagrada Familia. No la había visto a plena luz del día y es PRECIOSA. A pesar de estar llena de guiris y autobuses, Marta nos estuvo explicando todos los problemas que hubo en su construcción y cómo a día de hoy, aún siguen recontruyéndola. Además, fuimos en el momento justo en el que el Sol estaba detrás de una de las torres, lo que le daba un efecto de luz muy peculiar... Ahí tenéis las fotos para verlas...



A pesar del interminable día que llevábamos, aún nos llevó a un sitio más. Fuimos al centro (Jaume I) y vimos la Generalitat, el Ayuntamiento y la Catedral, que estaba en obras y tenía toda la fachada principal tapada con un enorme cartel rojo (llegué a pensar que era un anuncio del Banco Santander y todo... juajaja). Un año más me quedo sin ver la catedral en condiciones...
Ahora sí, FIN del maratón! El día siguiente fue más de relax para compensar. Katie estaba quemada de haber estado al Sol todo el primer día, así que nos vino bien el descanso. Lo que si hicimos fue subir al Tibidabo con Joan, Marta (los padres de Marta) y Marta al hotel La Florida para poder disfrutar de una vista ESPECTACULAR de todo Barcelona. Todo el día, a pesar de no haber hecho nada, mereció la pena tan sólo por aquellas vistas en el Hotel La Florida (5*****). También tuvimos la oportunidad de subir a la cima del Monte, con el parque de atracciones y el pirulí de Norman Foster...



El tercer día también fue otra bonita paliza. Sin guía esta vez, por problemas de horario, nos recorrimos Katie y yo toda Barcelona de arriba a abajo. Empezamos comiendo en Pans & Company en el centro. Luego nos fuimos a la villa olímpica, donde las torres Mapfre. Estuvimos paseando por la playa viendo el Mediterráneo y disfrutando de la Villa Olímpica, con todos los edificios construidos para las olimpiadas del 92. A pesar de que fui con unos pantalones largos, no tuve calor ninguno porque había una brisa muy fresquita. Menos mal, porque yo salí de casa pensando que nunca más iba a volver...


Una vez terminada la Villa, nos fuimos en metro al Parque Güell. Menuda preciosidad. Y menuda matada de ascensión, que a pesar de que hay escaleras mecánicas en la calle para llegar, es una subida increíble. Las vistas de Barcelona desde el parque, las columnas, bancos y edificios de Gaudi... alucinante también... Me gusto muchísimo el Parque Güell, se lo recomiendo a todo el mundo! (Intentad ir un día que no pegue mucho el sol porque es bastante paliza, eh?).



Terminado de ver el Parque Güell, a pesar de que estábamos destrozados, decidimos hacer un último esfuerzo e ir a ver el Palacio de Montjuic. Curiosa la anécdota de la señora mayor haciéndonos la foto, que nos sacó de milagro... :D
Eso fue todo en Barcelona!
Al día siguiente salimos prontito para Alcossebre. Allí tienen un apartamento la familia de Marta y nos acogieron con mucho gusto. Fueron dos días que dieron mucho de sí: Visita a Peñíscola, mucha playa, visita a una ermita, comidas MUY ricas (paellas y enteritas incluidas)... Los padres, como siempre, encantadores. Incluso nos permitieron jugar al tradicional juego nocturno de cartas familiar.





En definitva, un viaje para recordar, con gentes y lugares para recordar.
Muchas gracias Marta, Joan y Martita!!!

Las fotos, como siempre, en Flickr